lunes, 15 de diciembre de 2008

TODO POR AMOR

Jehová está en medio de ti, poderoso, Él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.Sofonías 3:17

"Dile que se enamore de mí", fueron las palabras del Señor en una madrugada de búsqueda. Como una oleada amarga me inundaba la desilusión luego de descubrir el desamor y el engaño en el corazón de un hermano en la fe. Clamé al Señor y le pregunté por qué. Me respondió: "No me ama. Si me amara de verdad, renunciaría al fraude y la mentira. Abrí en él fruto de arrepentimiento, viviría en integridad. Dile que se enamore de mí".

Por un amor verdadero, la renuncia irrevocable a cualquier cosa es fácil. Un ejemplo notable es el del rey Eduardo VIII de Inglaterra. La tradición indicaba que debía casarse con una doncella noble, de sangre azul y de familia acaudalada. Para la desilusión y el desdén de sus súbditos, se enamora de una plebeya, una extranjera, sin gran fortuna y, para colmo de males, divorciada. El dictamen fue: "Renuncia a ese amor o renuncia al trono". El amor verdadero en el corazón del rey pudo más que la fama, la riqueza y el prestigio de un trono. Renunció a su herencia, se casó con la señora Wallis Simpson y con ella pasó el resto de su vida.

¿Cuánto amas a tu Señor? ¿Te emociona ver cuánto se puede acercar al precipicio del pecado sin caer en él? ¿Cual polilla incauta, te atrae la llama de la carnalidad y piensas que no te quemará? ¿Crees que jamás serás como los que espiritualmente resbalaron precipicio abajo o murieron calcinados? Esa actitud demuestra falta de amor.

La vida cristiana más emocionante es ver cuán cerca puedes estar de Dios y cuánto puedes llenar tu corazón de regocijo. Enamórate de nuevo de tu amante Señor Jesucristo. Escóndete bajo sus alas protectoras. Permite que sus brazos te estrechen y te sostengan. Entonces renunciar o rechazar lo que el mundo ofrece será fácil. Todo se puede por amor.

"Enamórate más de mi", dice Dios. Y mi corazón responde: "¡Oh, sí!"


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